INSPIRACIÓN. 21 DE OCTUBRE DE 2021.

Es curioso cómo la inspiración llega a cada uno de forma diferente. Yo tengo cuatro cosas identificadas que me ayudan a inspirarme. Cuando necesito encontrar algo para lograr reconectar con una historia, tengo claro dónde hacerlo.

En primer lugar, me inspiran los espacios con agua. Puede ser una alberca del Albaicín, un río en una montaña, el mar o un laguito perdido. Me ayuda a encontrar la paz, el sonido me reconforta y me sirve para reconectar con sentimientos que creía olvidados.

Otra de mis fuentes de inspiración son los edificios. Por eso, cuando viajo, se amontonan en mi cabeza cientos de historias que tengo que ir apuntando. Muchas de ellas no verán la luz, otras cambiarán, pero en cualquier caso me sirven para seguir trabajando la creatividad. Puedo encontrar la inspiración en los palacios de la Alhambra, en las callejuelas del Albaicín, en un bar de París o paseando por las calles de Dublín. Últimamente, la ciudad de Brujas, en Bélgica, y el mirador de Santa Lucía, en Lisboa, han sido los lugares que más me han inspirado.

Otra de las herramientas que utilizo es ver puestas de sol. Es una de mis cosas favoritas del mundo, algo que comparto con muchos miembros de mi familia y que me ayuda a sentirlos cerquita. Cuando veo una puesta de sol, me acuerdo del lugar del mundo en el que el sol se pone con más magia: la casa de mis padres en Granada. Me trae a la memoria sentimientos, caricias, amor, tristeza, miedo, enfado y muchos otros sentimientos, así que me ayuda a empatizar con mis personajes y a ser capaz de escribir lo que están viviendo.

Por último, hay determinadas canciones que me inspiran, probablemente por los recuerdos y vivencias que asocio a ellas. Las tengo muy claras y sé que si necesito inspiración para escribir una escena dramática, debo recurrir a unas, pero que si necesito alguna de violencia, tengo otras.

En definitiva, la inspiración es algo que se trabaja. No creo en eso de que para crear una historia tiene que “llegarte la inspiración”, aunque es cierto que hay lugares, músicas, o personas que tienen ese poder. Por ejemplo, cuando escribí Lulot me inspiré en el Paseo del Salón de Granada

Últimamente, estoy tratando de tener muy claros cuáles son mis elementos inspiradores, puesto que necesito tenerlos a mano para lograr mi objetivo de escribir 3000 palabras al día. Gran parte de esas palabras nacerán del trabajo y la disciplina, pero muchas de ellas surgirán de puestas de sol, canciones, albercas o lugares fascinantes.

¿Y tú, tienes claro qué elementos te inspiran? Cuéntamelo en los comentarios.