A esta hora de la tarde
te busqué, pero no estabas.
A esta hora de la tarde
te grité, pero callabas.
Extrañaba el gris de tus ojos,
Extrañaba tu sonrisa en otoño.

A esta hora de la tarde
te busqué, pero no estabas.
A esta hora de la tarde
te grité, pero callabas.
La añoranza me dolía,
la piel se me quemaba
La garganta se retorcía
mientras la lengua
se desmoronaba

Y buscando en la alberca,
reflejada sobre el agua
Allí encontré, sonriente, tu mirada

Nos veremos a la tarde
Nos veremos cuando plazcas
Nos veremos en la pena y también cuando encuentres calma

Extrañaba tu caricia y, al final,
acabé encontrando tu alma.